Durante toda su vida fue un ferviente Católico y obró acorde a sus creencias religiosas. Entre sus logros y reconocimientos en este aspecto de su vida se destacan los siguientes.
Siendo joven, fue elegido delegado de la Diócesis de Florida ante el Consejo Nacional de Acción Católica.
En 1944, en su viaje de bodas a Buenos Aires, gestiona y obtiene, junto a su esposa Dalva Siqueira, la instalación del colegio e internado de las «Reverendas Hermanas de Jesús Sacramentado», en la ciudad de Tacuarembó. También fue firme impulsor de la creación del colegio «San Javier» de los padres Jesuitas, cuando corría el año 1954.
En 1966, el Papa Pablo VI lo recibe junto a su esposa Dalva Siqueira, en audiencia privada, en su residencia de verano en la localidad de Castel Gandolfo, Italia.

En 1970 es condecorado Pontificio con la Orden de San Gregorio Magno, por el Papa Pablo VI.
En 1972, junto al reconocido actor argentino Luis Sandrini, recibe en Buenos Aires, Argentina, el premio «San Gabriel» por su labor en los medios de comunicación.
En 1988, en la Misa campal en la ciudad de Salto, él y su esposa reciben la Comunión de manos del Papa Juan Pablo II.
En el ámbito político partidario fue militante de la «Unión Cívica Cristiana».
